Descripción
No hay que perder de vista que las habilidades de un buen expositor deben estar al servicio de los demás y no de la deformación monstruosa de su propio ego. Un buen expositor es aquel que utiliza su capacidad de influencia para tratar de ayudar a que las personas y los grupos a los que se dirige se desarrollen y alcancen propósitos honestos.
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