Descripción
Juliane Koepcke tenía diecisiete años cuando el 24 de diciembre de 1971 embarcó en el vuelo 508 de LANSA para ir de Lima a Pucallpa, donde pasaría las Navidades con su padre. Pero ocurrió lo inimaginable: el avión voló directamente hacia una tormenta eléctrica. Un rayo hizo explotar el aparato y Juliane, todavía atada a su asiento, se precipitó al suelo desde tres mil metros de altura. Su supervivencia sigue siendo un milagro. La madre de Juliane fue una de las noventa y una víctimas, y ella la única persona que salió con vida del trágico accidente aéreo. Durante once días, Koepcke se arrastró y caminó sola a través de la selva amazónica peruana, luchando, presa del hambre y la desesperación, por salir adelante. Los gusanos se cebaban en sus heridas, pero ella consiguió sobrevivir una vez más y hoy es una científica intensamente atraída por la tierra que amenazó con llevársela.
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