Descripción
Casi 70.000 muertos produjo la guerra entre el movimiento terrorista Sendero Luminoso y el Estado peruano entre los años ochenta y noventa. Responsable de más de la mitad de las víctimas, Sendero fue el grupo subversivo más letal en la historia del continente americano. Abimael Guzmán, el hombre que condujo toda esa violencia y se considera a sí mismo como la «cuarta espada» del comunismo internacional tras Lenin, Stalin y Mao, no llevaba armas. No tenía poyo de Gobiernos extranjeros. Ni siquiera estaba presente en el campo de batalla. Detrás de un escritorio, armado con una rigurosa ideología, puso en jaque a todo un país durante doce años. Su historia constituye un escalofriante ejemplo del poder destructor de las ideas.
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