Descripción
«Todos nos equivocamos, pero desencadenar la Tercera Guerra Mundial habría supuesto un error considerable. […] En el transcurso de mi vida he escapado por los pelos de la ira de un traficante de armas en Hamburgo, he sido ametrallado por unMiG durante la guerra civil nigeriana y he ido a parar a Guinea-Bisáu durante un sangriento golpe de Estado. Me detuvo laStasi, me agasajaron los israelíes, el IRA precipitó un traslado repentino de Irlanda a Inglaterra, a lo que también contribuyó una atractiva agente de la policía secreta checa (bueno, su intervención fue algo más íntima). Y eso solo para empezar. Todo eso lo vi desde dentro. Pero, aun así, siempre me sentí como un intruso.»
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